Aún es un borrador pero lo comparto con vosotros.
Cada vez que mis manos quieren tocarte
un huracán de hielo arrasa todos tus campos
Y un grito invisible hiende tu aire
de mi boca a cada uno de tus rostros
y un volcán derrama la bilis de mil años de ebriedad
sobre todas tus ciudades.
No hablo ningún idioma.
No recuerdo por qué nací,
quién me envió y para qué.
Mi padre me ha abandonado.
Todas mis madres reniegan de mi nombre.
He vuelto a negarme al tercer canto del gallo,
a la hora en que el vino se convierte en sangre,
la leche en hilillos de agua estancada
y la muerte se disfraza de aurora.
No conozco a esa mujer
que camina sobre mi sombra.
[…] de tanto tiempo quiero retomar esta sección Un día, un poema con Ángela Figuera Aymerich. Como la mayoría de las poetas españolas, no se estudia en los […]